Elaborar un plan estratégico
Tener una hoja de ruta clara es especialmente importante en el caso de una empresa familiar pues permite alinear intereses en torno a un objetivo común.
La mayoría de planes estratégicos ignoran la dimensión familiar, y eso los vuelve ineficaces. Las empresas familiares tienen fortalezas únicas, pero también tensiones propias. Un plan estratégico bien diseñado debe integrar lo empresarial y lo familiar.
¿Qué lo hace diferente?
Reconoce los valores y el propósito familiar como ventaja competitiva.
Tiene en cuenta los tiempos y ritmos emocionales de la familia.
Identifica posibles tensiones entre ramas, generaciones o visiones.
Plantea escenarios de sucesión o profesionalización.
¿Cómo se elabora?
Escuchar la historia y los valores: toda estrategia debe partir de la identidad.
Analizar el modelo de negocio actual y su competitividad.
Definir una visión compartida de futuro, desde la familia y desde la empresa.
Diseñar los ejes estratégicos, con objetivos claros y realistas.
Alinear recursos, personas y estructura con esa estrategia.
Establecer mecanismos de seguimiento y adaptación.
¿Y si la familia no se pone de acuerdo?
Ese es uno de los principales retos. El proceso estratégico bien facilitado no solo define un rumbo, sino que fortalece la cohesión y el compromiso. Muchas veces, es más valioso el proceso que el plan en sí.
Si queréis construir un plan estratégico que os ayude a crecer sin perder vuestra esencia familiar, hablemos. Escríbeme a alvaro@familiasempresarias.com


